¿Qué hacer cuando todo se siente estancado y sin sentido?

Hay momentos en los que nada se mueve. La rutina pesa, el alma se apaga y hasta las cosas que antes te hacían bien ya no te generan nada.


Te levantas y todo se siente igual.

Tu energía está baja, tu motivación es casi nula, y te preguntas:
¿Qué me pasa? ¿Por qué me siento así? ¿Qué hago con esto?
Primero: No estás sola.
Segundo: Esto que estás viviendo no es una falla, es una señal.

Un llamado del alma para que mires hacia adentro.
El estancamiento es una pausa del alma, no un castigo.
Cuando todo se siente sin sentido, es porque lo que te sostenía ya no alcanza.
Lo viejo ya no funciona… pero lo nuevo todavía no llegó.

Y ese “mientras tanto” puede ser desesperante.
Pero también puede ser sagrado.
Porque es justo ahí, en el vacío, donde se gesta algo nuevo.
No viniste a esta vida para repetir días en automático.

Viniste a evolucionar, despertar, sentirte viva.
Y a veces, lo que parece estancamiento es una especie de útero energético.
Un espacio donde algo en vos se está reconfigurando.

¿Qué podés hacer cuando sentís que nada tiene sentido?

1. No te exijas respuestas rápidas

Tu mente va a querer resolver, entender, controlar.
Pero este tipo de procesos no se resuelven con lógica. Se transitan con presencia.
Permitite sentir. No tapes el malestar. No te distraigas del todo.
Quédate con vos, aunque incomode. Estás siendo gestada de nuevo.

2. Observa: ¿qué está pidiendo morir en vos?

¿Qué parte tuya ya no quiere seguir funcionando igual?

¿Qué versión de vos ya no encaja con la vida que tenes?

A veces no es la vida la que no tiene sentido… sino la forma en que la estamos habitando.

3. Conecta con tu energía vital (aunque sea de a poquito)

Pone música y move el cuerpo. Camina al sol. Grita. Llora. Escribí sin filtro.
No para “mejorarte”, sino para abrirle espacio a lo que está atrapado adentro.

4. Pedí ayuda sin culpa

No tenes que poder sola. Acompañarte no es debilidad, es sabiduría.
Buscar guía en estos momentos puede ayudarte a ver lo que sola no estás pudiendo mirar.

Un ejercicio para romper el hielo del estancamiento

Toma un cuaderno y escribí sin filtro durante 10 minutos con esta consigna:
“Estoy estancada, pero si me animara a mover algo sería…”
Y seguí escribiendo lo que salga, aunque no tenga sentido.
No edites. No racionalices.
Deja que tu alma hable. Muchas veces el movimiento empieza con una palabra.

El estancamiento también es parte del camino.
No todo tiene que tener sentido ahora mismo.
A veces, el alma entra en pausa para que la mente se calle.
Y en ese silencio, algo nuevo empieza a nacer.

No te apures. No te juzgues. No te compares.
Estás en el proceso justo que necesitas.
Y aunque hoy no lo veas, esto también te está llevando de regreso a vos.
Si sentís que sola no podés salir de ahí…
Te acompaño a transitar estos momentos con una mirada amorosa, profunda y energética.
Trabajo con herramientas que te ayudan a descubrir qué está bloqueado, qué pide ser soltado y qué quiere nacer en vos.